Mónica Moreno, cuando la peluquería es un modo de sentir

La peluquera inaugura espacio propio en Murcia para poder desarrollar libremente un concepto de la profesión muy particular en el que une su pasión por su trabajo con el deseo de mejorar la vida de los demás a partir de la transformación de la imagen. Cuando vivimos desde la motivación y las ganas de crecer, acabamos impactando en los otros, generando una atmósfera de ilusión y magia: El estudio de Mónica

 ¿Cuál es el concepto de salón que has querido crear? ¿Cómo definirías el espacio?

Lo defino como acogedor, pues cuando entras te atrapa su luz blanca. He querido que fuese muy armonioso, creando una paz que te haga disfrutar desde que entras hasta que sales con una sensación de querer volver. Me gusta tener trato muy personalizado con mis clientes, atendiendo sus necesidades con la mayor profesionalidad. Nuestro lema a la hora de trabajar es «Mente, cuerpo y alma».

¿Cuál es tu filosofía de trabajo? ¿Qué vas a ofrecer en el salón?

Mi filosofía es comenzar siempre haciendo un diagnóstico de lo que desea el cliente cada vez que viene. Mi teoría, viviendo en Murcia, es que por la diferencia de estaciones que tenemos aquí el cabello se oxigena por la exposición solar y, debido a ello, considero que debo cumplir unas normas con cada cliente nuevo, así como el que repite.

¿Cuentas con algún servicio estrella o exclusivo?

Sí, trabajo con marcas muy punteras como Revlon Professional, Natura Bissé e Yvera Paris. Disponemos de microcámara para los estudios de tricología y, además, creamos los colores de forma individualizada para cada cabello, teniendo en cuenta si su porcentaje de canas es diferente en cada zona y, de este modo, aplicamos varios colores distintos por zonas para crear una unificación perfecta.

¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo?

Ser lo que soy, una estilista enamorada de mi profesión, que siento mi trabajo como si fuese mi hobby.  Me apasiona embellecer y ver esa cara de satisfacción tan deseada por mí.

 

¿Cómo descubriste tu pasión por la peluquería?

Siendo muy pequeñita en mi pueblo a las abuelas las peinaban con rulos sus propias hijas en las casas y yo deseaba ver ese momento. No era como otras niñas que querían jugar, yo solo quería sentir la peluquería. A los 8 años comencé con mi abuela, peinándola. Ella se dejaba, aunque a escondidas veía que se lo quitaba y yo lloraba, pues creía que no le gustaba. Ella corría tras de mí y me decía que la había peinado superbién, pero que se había retocado el flequillo. Así empezó el trayecto de mi gran pasión.

 ¿Qué aportas al sector? ¿Qué te hace diferente?

Aporto mi ilusión, mis ganas de superación, mi humildad y honestidad y, sobre todo, no querer perder la esencia de auténtica peluquera que aprendí en mi primer trabajo. Trabajé junto a una señora de mi pueblo que era una gran persona, amiga de sus clientes y eso se me grabó en el corazón, queriéndome parecer a ella como mujer amada y respetada profesionalmente.

¿Cómo se refleja tu visión del oficio en el espacio que has creado y en los servicios que ofreces?

Reflejo un estado personal, tranquilo, divertido y, sobre todo, atento. Escuchando las necesidades del cliente para no fallar y darle todo lo deseado.

Inauguras salón, pero ¿estás ya pensando en algún otro proyecto?

La inauguración fue unipersonal pues inauguraré en plena pandemia. No quise que nada más abrir, por mi culpa, hubiese algún caso más de coronavirus y decidí recibir a cada cliente con copa de champán y bombones. Y sí, ¡mi nuevo proyecto lo es pensando en la mujer por temas de caída del cabello por enfermedad! Con postizos, prótesis, pelucas y todas necesidades de esa cliente tan necesitada de ayuda, con un espacio creado personalizado, muy privado y, sobre todo, muy empática con la situación.

¿Qué le pides profesionalmente al 2022?

Primero de todo, que desaparezca el coronavirus, que podamos estar sin mascarilla y así salir más a la calle sin miedo. Eso nos llevará a poder acudir a más eventos, a tener más ganas de disfrutar de la vida y, por tanto, a que nuestros clientes quieran verse mejor y vengan a cuidarse al salón