GONZALO ZARAUZA, EN EL FIRMAMENTO DE LOS MAESTROS

Gonzalo Zarauza es toda una institución y un referente, aunque la humildad sincera de los grandes no le permita sentirlo así. Su grandeza está en vivir y trabajar desde la libertad, en creer en lo que hace y hacer lo que cree, en aunar con sabiduría y coherencia todos los ámbitos de la peluquería y en la generosidad de quién comparte lo mejor de si mismo con los demás. Este mes su colección Out of Sight corona nuestra portada, regalándonos así parte del mundo que ha creado durante su exitosa carrera.

 

Eres una persona con una larga y sólida carrera. ¿Es posible mantenerse arriba sin una estructura personal fuerte y bien definida?

No sé bien lo que se entiende por “arriba”. Para mí, es estar feliz con lo que uno hace y sentirse recompensado por ello. Desde el punto de vista del negocio, indiscutiblemente tienes que hacer equipo, sino estás perdido. Me ha costado bastante hacerlo porque soy demasiado personalista y delegar siempre me ha atemorizado, pero, poco a poco, creo que lo estoy consiguiendo.

 

Eres portada de Tocado, demostrando que el talento y la creatividad no tienen edad. ¿Qué crees que te distingue de peluqueros de otras generaciones?

Estoy convencido de que la brecha entre generaciones no es tan marcada como la brecha entre los ideales estéticos y los criterios de belleza. Algo que siempre he defendido es que el trabajo de los peluqueros tiene que tener como objetivo el embellecimiento de la mujer y no el valorar aisladamente un trabajo profesional. Hoy por hoy, encuentro un abismo entre las imágenes que veo en el mercado profesional y lo que veo en la calle. Creo que se está produciendo una especie de “endogamia”, en la que los peluqueros realizamos imágenes para el consumo de otros peluqueros, a sabiendas de que nunca van a ser aceptadas por el gran público.

 

¿De qué habla Out of Sight?

La colección habla del poder infinito que tiene la mirada en el ámbito de la comunicación. La hemos fotografiado en blanco y negro para darle protagonismo a la forma sobre los otros elementos del diseño. Utilizo gafas oscuras a modo de telón como una barrera infranqueable para esconder la mirada y, de esta forma, anular la proyección individual. Los ojos son el espejo del alma, la ventana a nuestro yo más íntimo y verdadero; cuando los eliminamos, la imagen personal cambia, se endurece, se llena de misterio y la desconfianza aparece de inmediato porque tememos de las personas que no nos miran a los ojos.

 

Esta colección supone un cambio respecto a tus trabajos anteriores. ¿Qué ha motivado ese cambio? ¿De dónde viene la inspiración?

No creo que haya tal cambio; lo que ocurre es que no suelo realizar colecciones comerciales de corte y color. Me centro más en trabajos artísticos como, por ejemplo, novias y fiesta, que, además de difundirlos, los utilizo en los cursos que imparto a profesionales. La mayoría de mis colecciones fotográficas son de vanguardia, en las que le doy rienda suelta a la imaginación y la creatividad.

 

¿Te esperabas ser portada?

Te voy a ser muy sincero y no quiero que entiendas lo que voy a decir como una falsa modestia: cuando hago una colección fotográfica, nunca pienso en si será o no portada. Me lo planteo siempre como un reto personal y como una forma de crecimiento profesional. Después, el viaje que emprenden esas imágenes no depende de mí. Lleguen hasta donde lleguen, yo estaré muy orgulloso de que alguna de mis ideas haya sido inspiración para otros colegas o deseo para algunas consumidoras.

¿Cómo son las mujeres que recreas en tus trabajos? ¿Cómo es tu imaginario?

Soy hijo de peluquera y padre de peluquera. Esta circunstancia ha hecho que viva intensamente el universo femenino. En mi ADN tengo grabadas dos palabras que empiezan por “F”: “feminismo” y “feminidad”. Por lo tanto, la mujer que admiro y que casi siempre represento es aquella que no baja la guardia al defender sus derechos: me refiero a la mujer fuerte y poderosa, segura de sí misma, pero que sabe mantener su feminidad como un valor propio y exclusivo.

 

¿Hay algún lugar o situación que siempre despierta tu inspiración?

La naturaleza, la arquitectura, el trabajo de algunos diseñadores y, sobre todo, la lectura de historias apasionantes me sirven como inspiración para desarrollar una idea, un concepto que sea el hilo conductor de un posible proyecto.

 

Eres un gran maestro y un referente para muchos profesionales. ¿A quiénes de los más jóvenes admiras?

Te agradezco lo de “gran”, pero cuantos más años cumplo, más me doy cuenta de que el brillo que te aporta conseguir premios y cierta notoriedad en los medios puede ser incluso inferior que el éxito que consigue un peluquero anónimo que goza de prestigio y reputación en su entorno y entre sus clientes. Tener notoriedad y reconocimiento en los medios no tiene que ser un fin; ha de ser una consecuencia. Y en este sentido, veo muchos jóvenes caminar demasiado cerca del precipicio de la “fama”.

En cuanto a jóvenes que admiro, te aseguro que tengo una lista bastante extensa, en la que, por cierto, hay muchas mujeres. No voy a nombrar a nadie porque sería injusto olvidarme de algún nombre. Lo que sí te puedo asegurar es que la peluquería española tiene un recambio generacional impresionante.

 

A la hora de crear una imagen, ¿qué elementos son para ti los más esenciales?

Primero, hay que partir de un concepto que sirva como hilo conductor y que dé coherencia al conjunto de la colección. Después, necesitamos de la inspiración, que es la que realmente determina el estilo. Y finalmente, no hay que olvidar la técnica, que es la que posibilita la realización de los trabajos.

 

¿Qué es para ti la creatividad: un ejercicio de libertad o una pasión que toma forma?

La creatividad lo es todo: es un ejercicio de libertad, de dar rienda suelta a la pasión. Pero, al final, hay que materializarla en unos resultados. No hay que olvidarse de que estos resultados, en la mayoría de los casos, tienen que estar en línea con unos objetivos. La creatividad conlleva una inversión de tiempo y dinero y, por lo tanto, debe estar encaminada a la consecución de un fin.

 

¿Cómo eres: das vida a la peluquería o la peluquería es la vida?

Yo soy de esos profesionales que lleva la peluquería en la sangre. Soy peluquero 24 horas al día: cuando leo, cuando voy al cine, cuando paseo…En todas las actividades de mi vida, el peluquero está presente. Quizá no sea lo más adecuado, pero no puedo elegir, soy así.

 

¿De qué te sientes más orgulloso? ¿Cuáles son tus grandes logros?

Orgulloso estoy de haber conseguido vivir la vida que he querido y no la que otros habían pensado para mí. En lo profesional, creo que mi mayor logro es haber podido sacar adelante mi negocio desde hace casi 30 años, intentando mejorar la enseñanza de la peluquería, y haber acercado a las partes implicadas en este negocio: el sector formativo y el sector productivo.

Pero también tengo que decirte algo: tener un Fígaro como Peluquero del Año es algo maravilloso porque nace de la iniciativa de los compañeros de profesión y ese detalle le otorga un componente que vale oro.

 

Si volvieras a empezar, ¿cambiarías algo de tu carrera?

Mi profesión me ha dado muchísimo más de lo que nunca imaginé: he podido viajar por todo el mundo, he conocido personas impresionantes y he logrado mantener la amistad con muchas de ellas desde hace mucho tiempo. Creo que no, ¿para qué voy a cambiar algo? Así he sido muy feliz.

 

¿Tienes en mente nuevos proyectos?

Más que proyectos, lo que tengo son ilusiones de futuro que todavía no he materializado. Pero, por ahora, de forma inmediata, quiero seguir con mis actividades como embajador de Montibello y con la labor formativa que me han encomendado. Además, estoy metido de lleno en la promoción de mi último libro sobre asesoría nupcial Wedding Dreams, que ya presenté en Barcelona a los medios profesionales y del que ahora en junio haremos una puesta de largo en Donostia para los medios generalistas.