¿Caída del cabello? ¡Haz que tu melena no decaiga!

Con cada cambio de estación se repite el mismo proceso de caída del cabello, un proceso estacional y normal conocido como efluvio telógeno, que no debiera preocuparnos en exceso a menos que perdure en el tiempo o provoque una pérdida excesiva y nada habitual de cabello. Este fenómeno se produce en primavera y otoño, aunque en esta última estación la caída es más masiva.

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología existen más de cien tipos diferentes de alopecia, sin embargo, se pueden agrupar en dos tipos, reaccional y progresiva. La primera está causada por situaciones temporales como estrés intenso, fatiga, medicación o posparto, en el que disminuyen los niveles de estrógeno responsables del anclaje del cabello al cuero cabelludo. La segunda, también conocida como alopecia androgenética, está provocada por causas genéticas (hereditarias) u hormonales. Cabe distinguir la caída del cabello de la pérdida de cabello, ya que la caída es un proceso normal en la que el cabello vuelve a crecer y en cambio en la pérdida, el manto capilar se reduce porque no se regenera, no vuelve a nacer y al detectarse superficies menos pobladas es necesario analizar qué lo está provocando.

Por tanto, ¿cuándo debemos preocuparnos? Si se ha producido una caída excesiva y perdurable en el tiempo, si transcurridos el periodo de dos a tres meses de la supuesta caída estacional, percibimos que la densidad del manto capilar ha disminuido, que el cuero cabelludo es más visible y existen zonas clareadas y el cabello se muestra más fino y débil. Si presentamos todos estos síntomas es aconsejable acudir al médico de cabecera para que determine si es necesario acudir al tricólogo o realizar algún tipo de pruebas para averiguar las causas, como una posible enfermedad.

Otros signos de alarma son:

• La caída se produce también en cejas y pestañas
• Aparecen calvas circulares en diferentes áreas del cuero cabelludo
• La pérdida de densidad va acompañada de picor en la misma zona
• La zona de mayor pérdida de cabello se produce sobre todo en la línea de implantación frontal
• Se da rojez o inflamación alrededor de los folículos que han perdido el cabello
• Podemos delimitar la zona de la caída y además presenta un aspecto similar al de una cicatriz

Cuando la caída se debe a causas androgénicas, típica de la calvicie masculina, es más complicado frenar el proceso de pérdida, ya que genéticamente el cabello está predestinado a caer. No obstante, si se actúa a tiempo y se recurre a tratamientos específicos es posible fortalecer el cabello y retardar su caída considerablemente. Por tanto, la prevención en estos casos es muy importante, sobre todo con relación a la alopecia androgénica, ya que una vez el cabello ha caído es irrecuperable.

En los casos de una pérdida estacional y para facilitar que nuestra melena se regenere, eso es lo que ocurre durante esta época, podemos tomar algunas medidas.

Primero de todo, preparar el cabello para la caída estacional con productos y tratamientos vigorizantes. La cosmética capilar ofrece toda una gama de champús, acondicionadores, mascarillas o aceites para tratar el cabello de forma externa y local; pero también contamos con nutricosmética y cápsulas para mejorar el estado de nuestro cabello desde dentro.

Lavar el cabello tantas veces como sea necesario. Es un falso mito que persiste, así que hay que dejar claro que lavar el cabello a diario no lo debilita ni provoca que caiga con más intensidad. Un cabello sano es un cabello limpio, por tanto, lo ideal es lavarlo frecuentemente y de forma adecuada a sus necesidades y características.  Una correcta higiene del cuero cabelludo elimina el cúmulo de secreciones y descamaciones, así como restos de productos capilares y lo mantiene más sano, aunque el lavado en sí no afecte a la caída. Eso sí, durante el proceso de lavado y cepillado, si estamos ante una fase de caída estacional, seremos más conscientes de esa pérdida de cabello temporal, ya que el lavado favorece que los folículos que estaban en a punto de caerse o que no se habían caído en los días previos se desanclen del cuero cabelludo y caigan por la fricción causada por los dedos y el cepillo.

Es recomendable evitar los componentes químicos, tales como el amoníaco, los parabenos o las herramientas de calor; ya que pueden sensibilizar e irritar el cuero cabelludo aun más si se encuentra en esta fase, debilitando la estructura capilar y haciendo así que el cabello se muestre débil y quebradizo.

Seguir una alimentación equilibrada, sana y saludable que incluya carnes rojas, espinacas y verduras para asegurar una ingesta suficiente de hierro; así como el zinc presente en carnes y pescados, minerales fundamentales para el crecimiento del cabello. Del mismo modo ocurre con las vitaminas A y B. Es importante evitar abusar de hidratos de carbono y azúcares, alimentos ricos en sal y grasas, ya que pueden facilitar la caída del cabello, así como debilitarlo y volverlo más quebradizo.